(Hillel Maier/TPS) (Hillel Maier/TPS)
mourners at Western Wall, Jerusalem, tisha b'av

Por: Rabino Pinjas Winston

Una historia cuenta que cierta vez Napoleón pasó cerca de una sinagoga, y vio a los judíos sentados en el suelo, de luto y llorando. Cuando interrogó por ese extraño comportamiento, le explicaron que era Tishá BeAv, y que lloraban la pérdida del Santo Templo. ¿Cuál fue la respuesta de Napoleón? «Un pueblo que se aflige tanto por un acontecimiento que ocurrió hace miles de años, ciertamente volverá un día a su tierra».
¿Qué hubiera dicho Napoleón hoy en día?

Quizás, uno de los elementos más destructivos del Holocausto – que fue una aniquilación en sí – y parte del luto de Tishá BeAv, es que nos distrae completamente de nuestra historia. Fue un acontecimiento tan monstruoso y doloroso que todo lo que era posible hacer cuando terminó era concentrarnos en el presente, y si nos atreviéramos, en el futuro del pueblo judío. El pasado reciente era demasiado insoportable para reflexionar, y lo que le precedió era demasiado distante para estar relacionado con él.

Ahora, algunas décadas más tarde, aquel pasado ha sido puesto en duda, y está siendo puesto en duda en una ciudad, Jerusalén, que hoy en estándares internacionales, no debería ser muy importante.

El mundo de hoy es el mundo del dinero, y lo más importante para el mundo son «las Capitales de Dinero»: Washington, Nueva York, Londres, Tokio, París, Hong Kong – todas las ciudades más cosmopolitas del mundo y dueñas del «Dinero Gordo». En el pasado quizás, el sueño y la ambición de todos los grandes líderes fue – conquistar la ciudad de Jerusalén.

Sin embargo, hoy en día Jerusalén es sólo una reliquia arqueológica del pasado, hermosa para visitar, pero no un lugar para gastar las energías y recursos, bloqueando y dominando. «Conquistar» a Nueva York, esta es una verdadera conquista, incluso Tel Aviv es más importante, la ciudad secular israelí, el centro del mercado bursátil, que es el pulso de la nación.

Excepto, por supuesto, para las tres principales religiones mundiales.

Los judíos quieren a Jerusalén porque es Ierushalaím, La Ciudad Santa, y todo lo que ha significado para el pueblo judío, demostrado en todas las partes de Tanaj (la Biblia Hebrea, compuesta por la Torá, los Profetas y la Hagiógrafos) y para su historia. Los árabes quieren a Jerusalén porque ellos creen que Mahoma ascendió al Cielo desde allí y, lo más que probable – o especialmente, porque los judíos quieren a Jerusalén. Los cristianos la quieren porque fue donde su religión «comenzó», y también debido a todo lo que ella significa para los judíos.

Sin embargo, a pesar de la lógica, Jerusalén está volviendo a la escena internacional. Washington, Londres, París – en todas ellas tratan la cuestión de Jerusalén, puesto que irónicamente, las naciones árabes que luchan por Jerusalén, también controlan los mercados de dinero, o al menos tienen gran influencia en ellos. La historia (es decir la Supervisión Divina) determinó que las naciones más temidas de hoy, tanto económica como políticamente, tal como antiguamente, también quieren vencer y conquistar a Jerusalem.

¿Parece un extraño giro del destino? Podría serlo, si no hubiera sido profetizado miles de años atrás. Como se ha dicho:

Después de la llegada del verdadero Mesías, se instigará a una enorme guerra contra Israel, como está mencionado en el sagrado Zohar (Shemot 7b), en la Parasha Vayerá (119a) y en Toldot (139). Esa será la guerra de Gog y Magog escrita en Yechezkel (Ezequiel 38, 39), y Zejaria (Zacarías 14), así como en el Midrash Tehilim (Salmo 118:9). Y así dice: Tres veces en el futuro Gog y Magog vendrán contra Israel y subirán contra Jerusalén, y reunirán a las naciones para que vengan con ellos a conquistar a Jerusalén… (Sha’arei Leshem, página 491).

Vemos entonces, que Jerusalén será la cuestión central en el progreso de la historia humana. Y, más expresamente, el Monte del Templo, sobre el cual los árabes cómodamente construyeron su mezquita. Así, nos guste o no, y estemos preparados para ello o no, Jerusalén y el Templo arrastran a los judíos al escenario mundial, y a su propio pasado, al único lugar, aparentemente, donde las respuestas para resolver los presentes y futuros conflictos pueden ser encontradas…

– El autor, conferenciante y Rabino Pinjas Winston es el director de ThirtySix.org –

Fuente: Breslev en español

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