Quizás, lo que mas impacta de Israel y una de las cosas que la hacen especial es la cantidad de soldados que nos encontramos por las calles de Tel-Aviv, Jerusalém, Eilat… Esos chicos/as a los que les queda tan sorprendentemente bien el uniforme con quienes nos hacemos fotos, quienes nos “atormentan” con el chequeo en centros comerciales (que hace que te sientas mas segura), quienes en nuestro viaje a Israel en grupo nos acompañan todos los días para cuidarnos, quienes nos hacen sonreír cada vez que les vemos, quienes nos llenan de orgullo y satisfacción, a quienes injustamente (injustísimamente) califican de asesinos y quienes arriesgan su vida cada día por nuestra Tierra.

Nada mas verles, nos damos cuenta de que son como nosotros. Tienen nuestra edad. Nosotros defendemos a Israel del ataques de los medios de comunicación y ellos defienden lo que mas queremos, arriesgando lo mas preciado que uno tiene; la vida.

Nosotros, los jóvenes de la diáspora, al acabar el colegio pensamos en que carrera cursar, la universidad que mas nos conviene y como no, pasar el verano mas increíble que exista con nuestros nuevos 18 años. Lo más cercano que tenemos al ejército es la típica sudadera del Tzahal, la gorra, o la cadena.

En cambio, en Israel todo es distinto, ni mejor ni peor, simplemente diferente. Al acabar el último año de curso, los hombres y mujeres de 18 años acuden al ejército para desarrollar su importante y vital labor. Las mujeres pasan ahí algo menos de dos años, y los hombres menos de 3. Y repito hombres y mujeres.

Mientras unos estamos aun en la edad del pavo otros pasan a tener responsabilidades de muy considerado tamaño. Es, sin duda, una experiencia que cambiará sus vidas, conocerán a sus mejores amigos, y quizás a su futuro/a marido/mujer. Sin olvidar que lucharan por su patria, por su gente, por su familia. En definitiva, luchan por lo que ellos mas quieren Después del ejército la mayoría se toma un año sabático, viajando, conociendo, digiriendo lo vivido en esos 2/3 años.

Hablando con amigos israelíes, me dicen que están ansiosos por empezar el Tzahal, quieren luchar en el frente, cara a cara, darlo todo, y tienen miedo de no poder, ya que solo mandan a los mejores, sin embargo dentro del ejercito hay muchísimos otros trabajos como de ingeniero, médico, informático pero todos ellos son héroes.

Es cada vez más la gente que hace alliyah a Israel, y los jóvenes que lo hacen también tienen esta increíble oportunidad de vivir esa vida. A mi personalmente me encantaría poder ser una soldado israelí, poder formar parte de ese magnífico ejército.

No podría acabar este artículo sin recordar a los soldados que hemos perdido en la guerra, que han dado su vida por todos nosotros, a esos valientes que siempre se les recordará por ello.

Solo tengo una cosa más que añadir: ¡Estoy orgullosísima de nuestro ejército!

Dana Hassan – United with Israel

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We are honored to thank the young men and women of the IDF who risk their lives every day to protect the citizens of Israel. Since October 7th, soldiers have been on the battlefield for months - many are hoping to come home for Passover.

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Many soldiers spend the Passover holiday with needy families back home. The soldiers greatly appreciate your love and concern. Bring them Passover joy!

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