Tras su considerable fracaso, los activistas anti-israelíes intentaron perturbar el concierto ondeando banderas palestinas y gritando "fuera, fuera".

A pesar de su gravedad, el tema ha pasado desapercibido porque nuestro país tiene sensibilidad cero con la lacra del antisemitismo. Y es tal su impune práctica, que a menudo no lo percibe como tal ni quien lo practica. Solo cabe añadir que pobres palestinos defendidos por tales ideas y tales personajes.