La gente me cuenta que sufre dificultades y me pregunta por qué Hashem los odia, diciendo: “Si no me odia, entonces ¿por qué me tortura tanto?”.

Nosotros, los judíos, representamos a HaShem. Trabajamos para Él. Servimos en Su compañía. De manera que directa o indirectamente representamos a Dios. Nuestro comportamiento puede ח“ו manchar Su nombre o elevar Su nombre.