Otro de los cruentos episodios sufridos por los judíos en el Medio Oriente antes de 1948 tuvo lugar en 1941, con una masacre en Bagdad.

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Los judíos han vivido por milenios en la Tierra de Israel de manera ininterrumpida. Son los únicos que han gobernado esa tierra más de una vez y una presencia de más de 3 mil años.

Los romanos fueron responsables de cambiar el nombre de Judea a Palestina a inicios del primer milenio, ante la resistencia de los judíos a su dominio.

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En el siglo XIX, los judíos entendieron que siempre les perseguirían, sin importar si se asimilaban o daban abundancia a las naciones que vivían.

En este contexto surgió el sionismo, alrededor del cual los judíos se organizaron a fin de tener su propio hogar nacional en la Tierra de Israel.

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La lucha del sionismo se desarrolló a lo largo de la primera mitad del siglo XX hasta que, en 1947, la ONU decidió dividir el territorio en un Estado judío y un Estado árabe.

En mayo de 1948, se declaró la fundación del Estado de Israel e inmediatamente los países árabes vecinos declararon la guerra buscando destruirlo, sin tener éxito.

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Durante la guerra, la mayoría de unos 750 mil árabes huyeron siguiendo las mentiras de sus líderes, esperando que se derrotara al Estado de Israel y regresar.

Unos 175 mil árabes permanecieron y se volvieron ciudadanos del nuevo Estado, los cuales pasaron a ser conocidos como árabes israelíes.

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Sin conseguir su victoria sobre Israel en 1948, los países árabes continuaron librando guerras en su contra, con las más significativas en 1967 y 1973.

Ninguna de las guerras de aniquilación en su contra fue deseada por Israel, que ha basado su estrategia militar siempre en la defensa.

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Israel ha presentado acuerdos de paz para tratar de acabar los conflictos, que han incluido el regreso de territorios conquistados militarmente.

Por el contrario, desde el otro lado, ha quedado claro que no se busca recuperar territorio o acabar con una ocupación, sino destruir a Israel.

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En los últimos 30 años se dieron los Acuerdos de Oslo y se entregó Gaza a los palestinos, pero estos solo han respondido con más terrorismo y violencia.

La táctica del gobierno de Benjamín Netanyahu ha sido una de retaliación que ha impulsado la construcción de asentamientos en Judea y Samaria para expandir la presencia israelí.

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Los ataques del 7 de octubre mostraron el lado más mórbido del terrorismo palestino contra la población de Israel, lo que derivó en la guerra actual.

Hamás ha utilizado a la población civil palestina como escudos humanos, generando victimización y deslegitimación en contra de Israel.

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Irán atacó fallidamente con más de 300 misiles y drones a Israel el 13 de abril, amenazando no solo a Israel sino al mundo entero.

Es el país que cuelga a homosexuales, apedrea a mujeres, financia a grupos terroristas como Hamás o Hezbolá, y busca obtener armas nucleares para acabar con Israel.

Todo se resume de manera muy simple: si se desarma Israel, este desaparecería. Si se desarman a sus enemigos, habría paz.
Basado en un texto de Daniel Castro Aniyar. Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío