La Mitsva de Tsedaqá, caridad o ayuda social, es una de las más importantes de toda la Torá, y representa sin duda una de las características esenciales del pueblo judío.  Aclaremos antes de comenzar que hay dos tipos de ayuda o asistencia al prójimo: una es esencialmente económica, tsedaqá, y la otra tiene que ver más con la ayuda emocional, soporte anímico (visitar a los enfermos, consolar a los deudos, etc.) y se llama en hebreoguemilut jasadim, actos de bien, que consisten principalmente en invertir no nuestro dinero sino nuestro tiempo y empatía. 

Nos referiremos hoy al tema de tsedaqá, asistencia material.

Al mencionar el tema de ayuda a los necesitados la Torá dice en Debarim 15:7-8.

«Cuando hubiera un hombre pobre en tu tierra… no endurezcas tu corazón, no cierres tu mano ante tu hermano necesitado… (PATOAJ TIFTAJ ET YADEJA LO ) debes abrir tu mano hacia él… y proveerás todas sus necesidades».  

Lo primero que vemos es que en el pueblo judío la Tsedaqá, asistencia social, no es un tema que tiene que administrar el gobierno. Es un tema individual. Cada persona del pueblo judío tiene la obligación de ayudar materialmente a aquellos que tienen menos que uno. En algunos casos, esta ayuda es directa, sin intermediarios.  En otros casos, la ayuda es a través de la comunidad o de los gabbaé tsedaqá, las personas a cargo de recaudar y repartir la asistencia comunitaria.

Cuando damos Tsedaqá nos transformamos en «socios» del HaShem. ¿Cómo? El Creador hizo que en Su mundo exista la suficiente riqueza material para satisfacer a todos los habitantes del planeta. El problema es «la distribución». Por una u otra razón hay quienes tienen mucho, y BH les sobra. Y hay quienes, por más que se esfuercen, no tienen lo suficiente.

Al ordenar la Mitsvá de Tsedaqá, HaShem nos invita a «redistribuir» la riqueza que Él concedió a la humanidad. HaShem espera que cada persona que recibió de Él, le de al que tiene menos. En otras palabras, HaShem asiste al que lo necesita ¡a través de nuestra Tsedaqá!

Una vez escuché que este es el verdadero significado del pasuq «POTEAJ ET YADEJA UMASBIA’ LEJOL JAI RATSON». Este versículo se suele entender así: «HaShem abre Sus manos y provee a cada ser vivo de acuerdo a sus necesidades.»  Pero quizás se debería entender (también?) así:  «HASHEM abre TUSmanos (nuestras manos, las manos humanas, no SUS manos) y así provee a cada ser vivo de acuerdo a sus necesidades» . Pero ¿cómo es que HaShem abre nuestras manos? Muy sencillo: ordenándonos a practicar la Tsedaqá. El Pasuq que se refiere a Tsedaqá lo dice explícitamente (y usa exactamente las mismas palabras) PATOAJ TIFTAJ ET YADEJA … «debes abrir TU manos… y ayudar al pobre».  Así , nuestras manos abiertas son el instrumento que HaShem usa para que todos tengan lo que necesitan.

Es por esto que los Jajamim insistieron que uno nunca se empobrecerá por dar Tsedaqá. Por el contrario, el sentido común -y nuestros Sabios- indican que aquel que abre sus manos al pobre será recompensado por HaShem, Quien obviamente preferirá concederle más a quien se asocie con Él como redistribuidor de Su bendición material.

Por: Rabino Yosef Bitton, colaborador de Unidos con Israel

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