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Las Fuerzas de Defensa de Israel, junto con la Policía de Fronteras y la Administración Civil, demolieron el martes por la noche la casa de la Ribera Occidental del palestino que apuñaló a tres israelíes en su casa en el cercano asentamiento judío de Halamish el mes pasado.

El terrorista, Omar al-Abed, de 19 años, fue baleado y neutralizado por un soldado fuera de servicio en la escena del ataque del 21 de julio. Más tarde fue arrestado.

Cuando el ejército comenzó a demoler la casa, situada en la aldea palestina de Kobar, estallaron enfrentamientos entre los residentes palestinos del pueblo y las fuerzas de seguridad, durante los cuales un periodista palestino sufrió una lesión en la cabeza.

Gracias a una donación de los aldeanos, la familia al-Abed recibió un terreno de reemplazo en el que podrían construir su nuevo hogar.

Michal Salomon, cuyo esposo Elad fue asesinado en el ataque, destacó: «Su casa puede ser reconstruida, pero mi casa ha sido destruida para siempre. Él asesinó, y tiene que ser castigados. No merece una posada a costa nuestra».

La policía resaltó que acusarán a cinco miembros de la familia de Abed, su madre, su padre, sus dos hermanos y su tío, por no intentar imperdir que realizara el ataque terrorista. Según la policía, los miembros de la familia revelaron en el interrogatorio que sabían las intenciones del terrorista poco antes de que se dispusiera a llevar a cabo el ataque, sin embargo, no actuaron para prevenirlo y no lo reportaron a las autoridades israelíes o palestinas.

La demolición de las casas de palestinos que llevan a cabo ataques contra israelíes, se entiende como un elemento de disuasión.

Fuente: Itón Gadol

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