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למינים ולמלשינים אל תהי תקווה

«Que no haya esperanza para los herejes y los traidores…»

La Amidá fue compuesta alrededor del siglo V antes de la era común. La Amidá es conocida también como «Shemona ‘esré», que significa «dieciocho» en alusión a las dieciocho bendiciones que contiene. Pero en realidad, la Amidá que decimos hoy ¡contiene 19 bendiciones, no 18! Alrededor del año 100 de la era común, más de 500 años luego de que la Amidá fuera formulada, Rabán Gamliel (el segundo) y su corte Rabínica decidieron agregar una bendición en la Amidá –que es la Berajá que estamos explorando hoy– y le encargó esta misión a uno de sus alumnos, Shemuel haQatán. Esta berajá es conocida como Birkat haMinim, la oración en la cual pedimos la ayuda de Dios para tratar con aquellos que desean destruir a Israel, física o espiritualmente.

Maimonides (MT, Tefila, 2: 1) explica la razón por la cual Rabán Gamliel agregó esta bendición en la Amidá.

בימי רבן גמליאל רבו המינים בישראל, והיו מצֵירין לישראל ומסיתין אותן לשוב מאחרי ה ..וכיון שראה שזו גדולה מכל צורכי בני אדם, עמד הוא ובית דינו, והתקין ברכה אחת וקבע אותה בתפילה

«En los tiempos de Rabán Gamliel los herejes se multiplicaron en el pueblo judío, y hacían sufrir al Pueblo de Israel y trataban de convencerlos que se alejarán de Hashem… vio Rabbán Gamliel que [en ese deshacerse] de los herejes era [en ese momento] la necesidad más imperiosa del pueblo, y compuso una [nueva] bendición y la estableció el la Amidá… »

En esos tiempos existían muchas «sectas» entre los judíos: Yehudim que, por ejemplo, no creían en la tradición oral (tsadoqim), se burlaban de los rabinos y trataban de convencer a los demás judíos a abandonar la práctica religiosa tradicional. Este es también el tiempo en el que un grupo de judíos se transformaron en «apóstoles», que según Mateo eran los hombres escogidos por Yeshu para «pescadores de hombres» es decir, para propagar el mensaje cristiano entre otros judíos. Como bien sabemos, con el tiempo, este proselitismo religioso se transformó en «persecución religiosa», iniciada, irónicamente por los judíos conversos. Es por eso que esta berajá no se refiere solo a herejes en el campo de la «doctrina teológica» (estos son los MINIM), sino que también al campo politico (estos son los MALSHINIM), cuando algunos miembros del pueblo judío, los primeros cristianos, los samaritanos y otros grupos, se unieron al enemigo, Roma, para luchar contra Israel.

Lo que queda claro es que, como lo explica el Rab Janoj Zundel (falleció en 1867) en su comentario «Anaf Yosef», esta Berajá no se refiere a los gentiles, sino particularmente a los traidores internos del pueblo judío.

Pero, ¿quién califica hoy en día para esta vergonzosa categorización? ¿Acaso estamos rezando en esta Berajá por la erradicación de aquellos judíos que no observan plenamente la Torá? ¡Absolutamente NO! La Torá y los Sabios de Israel nos enseñan a tener mucha comprensión por aquellos Yehudim que, por diferentes razones, no cumplen plenamente con todas las Mitsvot (por ejemplo, tinoq shenishbá ben hagoyim). En realidad, es nuestra obligación inspirar a todos nuestros hermanos y hermanas Yehudim, y acercarlos a HaShem, con cariño y paciencia, y de ninguna manera desear su supresión.

Pienso que en nuestros días, esta Berajá está destinada a dos tipos muy específicos de «traición».

MINIM (Herejes), «Traición religiosa» que alude a los judíos que abandonaron el judaísmo, se convirtieron a otra religión y dedican ahora todos sus esfuerzos al proselitismo para convertir a otros judíos a sus nuevas creencias (por ejemplo, Judíos Mesiánicos, Jews for Jesus, etc.). Estos individuos, que tratan de ocultar sus intenciones, y se aprovechan de su condición judía para darle mas credibilidad a su reprensible misión de alejar a sus hermanos Yehudim de la Torá, causan daños irreparables, y están más allá de toda posibilidad de arrepentimiento o redención.

MALSHINIM (traidores) , «Traición nacional o política», que se refiere a aquellos judíos que se unen a los enemigos «políticos» de Israel, en nuestros días, por ejemplo, a los que quieren destruir al Estado de Israel. Desafortunadamente, y aunque no son muchos, hay judíos (como «שוברים שתיקה» o incluso algunos grupos judíos ¡observantes!) que traicionan a Israel, o se unen a naciones como Irán, que expresan abiertamente su intención de destruir a Israel. Un individuo judío (como el ex-canciller argentino Héctor Timerman, por ejemplo) que se alinea con aquellos que intentan borrar a Israel del mapa, ha cruzado una linea roja que lo deja más allá de la posibilidad del retorno (teshubá). Por eso NO rezamos por su arrepentimiento, ya que el daño que ha causado a la causa del pueblo de Israel es irreparable.

En esta Berajá, entonces, pedimos la asistencia de HaShem para que Él se encargue de los Yehudim que traicionan a la Torá y a su Pueblo. Porque hay poco que podemos hacer para defendernos de la deslealtad de «nuestros propios hermanos».

Por: Rabino Yosef Bitton, colaborador de Unidos con Israel

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