No habrá retorno, escasos participantes y pocos muertos para su gusto.
Que Hamas es una oraganización fracasada desde su misma fundación es un hecho empírico que se demuestra fácilmente. En su carta fundacional publicada el 18 de agosto de 1988 en la cual Hamás delineó la identidad del movimiento, sus objetivos y sus fines apunta en su artículo 13 que la Yihad es la única respuesta a los sionistas.
Bien, 30 años después ni Yihad y un Israel vibrante a unos pocos kilómetros. Mientras que en Gaza veíamos ayer a niños de 8 y 10 años con armas en sus manos, enfrentándose al Ejército de Israel, en Israel los niños de 8 y 10 años se preparaban ayer para festejar la Pascua Judía, una de las fiestas donde los niños son los protagonistas. Un ambiente diferente, porque diferentes son sus líderes y sus aspiraciones.
Mientras que los líderes de un lado buscan mejorar la vida de la gente, mejorar el sistema de salud, pensiones, la educación etc, en el otro lado de la frontera los cobardes líderes de Hamas utilizan el dinero para financiar el terrorismo mientras la sociedad sufre de hambre. Prefieren construir un túnel a un hospital. 10 cohetes de largo alcance a un colegio.
Ayer se produjo la primera de las múltiples marchas que Hamas ha convocado para que los gazatíes se acerquen a la frontera de Israel para reclamar el derecho al retorno.
El primer fracaso: 30 años desde su Fundación el supuesto «retorno» palestino y la consecuente expulsión de los judíos al mar no se ha producido, y no parece que se estén dando los pasos para ni tan siquiera acercarse a dicha meta.
El segundo fracaso: Hamas, durante el último mes y medio ha estado convocando a todos los habitantes de la Franja de Gaza para que se manifiesten en la frontera de Israel el pasado viernes 30 de Marzo. La convocatoria tenía nombre y apellido: «La marcha del millón». Los audaces líderes de Hamas, viendo que la cifra igual podría ser algo exagerada, cambiaron el título de la marcha a escasos días de la celebración de la misma: «La marcha del retorno».
Los números hablan por sí mismo: De los dos millones de residentes en la Franja de Gaza, solo acudieron a la protesta 30.000 personas. Violentas en su mayoría. Muy violentas en su minoría.
Y en vista del segundo fracaso, Hamas tenía que hacer algo para lograr un éxito que nunca llegaría. Y aquí comienza el tercer fracaso. 16 muertos, de los cuales 10 fueron terroristas de Hamas, algunos de ellos de renombre. El objetivo de Hamas era llevar ahí a la sociedad civil y que los más radicales provoquen al Ejército de Israel para buscar su respuesta y provocar así bajas masivas. No tuvieron éxito. Israel se preocupo mucho de marcar en rojo sus objetivos, que no eran otros que los que pretendieron agitar a las masas y provocar una masacre contra su propio pueblo.
Quizá su único éxito es un vídeo que circula en las redes donde se ve a un palestino siendo (muy) supuestamente abatido por el Ejército de Israel, y cómo, tras ser (muy) supuestamente abatido, se acercaron cientos de palestinos con sus móviles para grabar algo que parece muy mucho otra producción cutre de Pallywood.
Es sabido que Hamas no tiene complejos a la hora de decir en público que quiere enviar a los judíos al mar. No tiene complejos para demostrar al mundo que no le importa la sociedad palestina sino mejorar su infraestructura terrorista. No tiene complejos al mandar a los niños al frente y utilizarlos como escudos humanos. Ahora vemos que tampoco tiene complejos a la hora de mostrar al mundo que son unos fracasados.