Desde que Israel se estableció como Estado, la nación ha anhelado tener relaciones pacíficas con sus vecinos árabes.
A partir de 1948, la ONU pidió el establecimiento de dos estados en Eretz Israel, uno árabe y uno judío. Israel aceptó esta propuesta, mientras que los árabes la rechazaron. Sin embargo, aun así, a pesar de este rechazo árabe del Plan de Partición de la ONU, Israel continuó buscando mantener relaciones pacíficas con sus vecinos. Golda Meir, disfrazada de mujer musulmana, se coló en Jordania, en un vano intento de convencer al Rey de Jordania para que el país árabe permaneciera neutral en la guerra de 1948. David Ben-Gurión envió a Golda Meir a Haifa, con el fin de tratar de convencer a los árabes que viven dentro de la ciudad a permanecer en sus hogares para que así pudieran convertirse en ciudadanos israelíes, donde pudiesen hacer valer la plena igualdad democrática.
De hecho, incluso la Declaración de Independencia de Israel, declara: «En medio de una agresión flagrante, llamamos a los habitantes árabes del Estado de Israel para que vuelvan a los caminos de la paz y así poder desempeñar su papel en el desarrollo del Estado, con plena igualdad. Ofrecemos la paz y la unidad a todos los estados vecinos y a sus pueblos, y los invitamos a cooperar con la nación judía independiente para el bien común de todos«. Esta es la prueba definitiva que demuestra que la nación de Israel ha tratado, trata y tratará de mantener relaciones pacíficas con su vecinos árabes desde el principio…hasta nuestros días.
Sin embargo, a pesar de los constantes rechazos árabes a las continuas propuestas de paz israelíes, Israel nunca renunció a su sueño de vivir en paz. Después de la Guerra de los Seis Días, el entonces ministro de Defensa Moshe Dayan declaró que estaba «esperando una llamada» de los líderes árabes con el fin de negociar un acuerdo de paz después de la histórica victoria de Israel en el campo de batalla. Israel no quería volver a las indefendibles líneas de armisticio de 1949, sin embargo, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, el histórico Abba Eban, proclamó que él sería «increíblemente generoso» en el intento de negociar un acuerdo de paz. Sin embargo, los árabes respondieron con la infame Declaración de Jartum, donde se declaró que los árabes dicen que no a la paz con Israel, no al reconocimiento del derecho de Israel a existir, y no a la apertura de las negociaciones con Israel.
Sin embargo, Israel no se dio por vencido en su deseo de tener paz con sus vecinos árabes. Con el tiempo, algunos países árabes habían firmado acuerdos de paz con Israel. En 1979, Israel y Egipto firmaron un histórico acuerdo de paz, Jordania le siguió en 1994. Sin embargo, hasta la fecha, no hay otros país árabe que haya firmado acuerdos de paz con el Estado de Israel. Sin embargo éste siguió haciendo gestiones por la paz, con la esperanza de que otros pueblos árabes siguieran el ejemplo de Jordania y Egipto mediante la firma de acuerdos de paz con Israel.
En 1993, el líder palestino Yasser Arafat y el primer ministro israelí Yitzhak Rabin firmaron los Acuerdos de Oslo. De esta manera, Israel pasaba por alto décadas donde Yasser Arafat había instigado campañas de terror contra el pueblo israelí. A pesar de la violenta historia de Arafat, Israel le dio a el beneficio de la duda porque anhelaba la paz. Sin embargo, al final, Arafat eligió permanecer comprometido con la destrucción de Israel, en lugar de construir un Estado palestino al lado de Israel en paz. Cuando el ex primer ministro israelí Ehud Barak ofreció a Arafat el 97 por ciento de Judea y Samaria, la Franja de Gaza y Jerusalem Este como capital, Arafat rechazó la oferta, y comenzó una campaña de terror contra la población civil israelí, dando lugar al comienzo de la Segunda Intifada.
Sin embargo, aun así, a pesar de esto, Israel siguió abrazando y anhelando la paz con sus vecinos árabes. Israel se retiró de Gaza en 2005 con la esperanza de lograr la paz, sin embargo, recibió una andanada de cohetes Qassam a cambio. En 2007, Israel participó en las conversaciones de paz en Annapolis, Maryland, y el ex primer ministro israelí, Ehud Olmert volvió a hacer la generosa oferta de paz en el año 2008, sin embargo, nada de esto dio lugar a la aceptación palestina. Hasta la fecha, a pesar de todo esto, Israel sigue extendiendo una rama de olivo a sus vecinos árabes, con la esperanza de lograr la paz. Con la ayuda de Di-s, un día, podrá Israel finalmente logrará satisfactoriamente una paz viable con sus vecinos árabes.
Por Rachel Avraham
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