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Prison torture

Sobre la base de un fallo judicial, Israel responsabiliza a los palestinos por torturar a sus propios ciudadanos. 

Por: United with Israel

Un grupo de palestinos, víctimas de torturas a manos de la Autoridad Palestina (AP) que ganó una demanda presentada contra la Autoridad Palestina en Israel, comienzan a ver algo de justicia.

Israel dedujo recientemente cerca de 1 millón de dolares (370,00$) en ingresos fiscales que recauda en nombre de la Autoridad Palestina, que utilizará para cubrir los gastos médicos de los palestinos que fueron torturados por los servicios de seguridad de la Autoridad Palestina.

El año pasado, un tribunal israelí reconoció por primera vez la tortura de los palestinos y ordenó a la Autoridad Palestina que los indemnizara. El monto total de la compensación aún no se ha determinado. Mientras tanto, Israel está asegurando que los costos judiciales estén cubiertos, pero se espera que cientos de millones de shekels sean adjudicados en concepto de daños y perjuicios.

En enero, Israel cortó medio billón de shekels israelíes (145 millones de dolares) de impuestos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina para cubrir parcialmente la compensación requerida.

El gobierno palestino alegó que «esta medida no es más que una piratería israelí de fondos palestinos y es parte de una política para apoderarse de los ingresos tributarios palestinos empleados por el gobierno israelí».

En junio pasado, el Tribunal de Distrito de Jerusalem emitió un fallo previo según el cual la Autoridad Palestina es responsable de los daños físicos y emocionales causados ​​a no menos de 52 demandantes (árabes israelíes y palestinos sospechosos por la Autoridad Palestina de «colaboración con Israel»).

El veredicto judicial publicado en julio pasado revela una cuenta detallada de cada uno de los demandantes y sus circunstancias. La imagen resultante es una de las detenciones generalizadas en todo Judea y Samaria de los sospechosos de colaborar con Israel. La brutal tortura descrita por los demandantes incluyó palizas con alambres de metal y tubos de goma, quemaduras de cigarrillos, privación de sueño y de comida.

Los demandantes testificaron que entre 1990 y 2003 fueron encarcelados por diferentes períodos de tiempo, algunos de ellos detenidos durante años, sufriendo torturas inimaginablemente brutales a manos de sus interrogadores.

Como resultado, los demandantes sufrieron daños severos a su salud física y mental. Varias de las víctimas posteriormente murieron a causa de sus heridas o fueron ejecutadas sin juicio.

La Autoridad Palestina se ha negado a reconocer la jurisdicción de la corte sobre sus asuntos al tiempo que niega que haya habido tortura dentro de sus instalaciones.

Las fuerzas de seguridad palestinas han sido criticadas por grupos de defensa por sus atroces abusos contra los derechos humanos.