Presidente palestino, Mahmoud Abbas. (Flash90) (Flash90)

La Comisión Electoral Central (CEC) palestina anunció recientemente que a las próximas elecciones generales no podrán presentarse quienes hayan sido “condenados por un crimen o delito contra el honor o la integridad”. 

Por Basam Tawil

Salvo, por supuesto, que el crimen sea asesinar a un judío o practicar el terrorismo.

De lo que se trata es de impedir a Mohamed Dahlán, archienemigo del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abás, presentar su candidatura a las presidenciales del 31 de julio.

En 2016 un tribunal palestino de la Margen Occidental condenó in absentia a Dahlán a tres años de cárcel por malversar millones de dólares de la AP. Dahlán, excomandante de seguridad de la AP, fue expulsado de la facción que gobierna en la Margen en 2011, tras una disputa con Abás. Desde entonces reside en Emiratos, donde lidera la Corriente Reformista Democrática.

Hace poco comentó que quizá optara a la Presidencia de la AP, en caso de que se celebraran elecciones.

El pronunciamiento de la CEC también pretende impedir a algunos correligionarios de Dahlán participar en las legislativas del 22 de mayo. La organización de Dahlán, conformada principalmente por antiguos oficiales de seguridad y activistas de Fatah, comunicó su intención de concurrir a las mismas. Pero varios de sus miembros no podrán hacerlo por haber sido condenados por “un crimen o delito contra el honor o la integridad”.

En 2013, uno de los principales asesores de Dahlán, Rashid Abu Shbak, fue condenado in absentia a 15 años de prisión con trabajos forzados y a una multa de 930.000 dólares, también por malversación de caudales públicos. Abu Shbak fue el jefe de la Fuerzas de Seguridad Preventiva de la AP en Gaza entre 2002 y 2006.

Tanto Dahlán como Abu Shbak rechazaron las acusaciones y dijeron que debían ser interpretadas en el contexto del afán de Abás por eliminar a sus rivales políticos y silenciar a los críticos.

La dirigencia palestina considera que asesinar judíos y perpetrar ataques terroristas contra Israel son acciones dignas y honorables. Por eso Abás y compañía insisten en referirse como “héroes” a los terroristas presos.

He aquí también por qué a los palestinos condenados por tribunales israelíes por su participación en ataques terroristas contra judíos no sólo se les permite participar en las elecciones legislativas y presidenciales, sino que se les jalea.

La CEC no descalifica a candidatos como Marwán Barguti, cabecilla de Fatah, o Ahmad Saadat, secretario general del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), que se encuentran cumpliendo largas penas de prisión en Israel por su implicación en ataques terroristas contra israelíes.

En 2004 un tribunal israelí condenó por asesinato a Barguti por su implicación en unos atentados en los que murieron cinco personas. Barguti era el líder de una organización terrorista que perpetró apuñalamientos y atropellos. Asimismo, ha estado involucrado en el adiestramiento y financiación de terroristas.

En marzo de 2002 Ibrahim Hasuna, miembro de la organización de Barguti, apuñaló fatalmente a tres israelíes en un restaurante de Tel Aviv. Cuando se dirigían a perpetrar el atentado, Hasuna y sus amigos dieron cuenta de sus intenciones a Barguti.

Barguti se encargaba asimismo de conseguir armas como fusiles de asalto, cinturones explosivos, morteros y granadas de mano para la comisión de atentados.

En 2002 otro terrorista, Ismaíl Radaida, pidió a Barguti que le reclutara para perpetrar atentados contra israelíes. Siguiendo instrucciones de Barguti, Radaida recibió dos fusiles AK-47 con cargadores repletos de balas. Radaida procedió a ametrallar vehículos que se dirigían a Jerusalén y mató a un monje greco-ortodoxo.

Ese mismo año, miembros de la organización de Barguti prepararon una emboscada en la Ruta 443, autopista que discurre al norte de Jerusalén. Los terroristas dispararon contra un automóvil israelí y mataron a una mujer. Inmediatamente después, informaron a Barguti de lo sucedido.

Barguti fue también condenado por cómplice de asesinato, incitación al asesinato, intento de asesinato y pertenencia a banda armada. Le cayeron cinco cadenas perpetuas y 40 años.

Según fuentes palestinas, pese a sus condenas, Barguti está pensando presentar su candidatura para las presidenciales.

A ojos de la CEC, la implicación de Barguti en el asesinato de cinco judíos no es un “crimen o delito contra el honor o la integridad”. Así pues, no sólo se le permitirá participar en los comicios, sino que para la mayoría de los palestinos es de hecho un “héroe” que merece ser presidente por sus condenas por terrorismo.

De acuerdo con una encuesta publicada el pasado día 23 por el Centro Palestino de Encuestas e Investigación Política (CPEIP), una mayoría de palestinos prefiere a Barguti por sobre los demás candidatos, incluido Abás. “Preguntamos a los encuestados por quién querían que fuera el próximo presidente de la AP”, informó el CPEIP por medio de un comunicado. “El mayor porcentaje (22%) lo obtuvo Marwán Barguti, el 14% [se decantó por] Ismaíl Haniyeh [líder de Hamás] y un 9% [por] Mahmud Abás”.

El otro día el FPLP, grupo terrorista marxista leninista que cobró notoriedad a finales de los años 60 y principios de los 70 por una serie de atentados y secuestros de avionesreveló que su secretario general, Ahmad Saadat, encabezará su lista para las legislativas.

En 2008 un tribunal militar israelí condenó a Saadat a 30años de prisión por planear el asesinato del ministro israelí de Turismo Rehavam Zeevi, así como por dirigir una organización terrorista ilegal (el FPLP).

Tampoco la candidatura de Saadat será rechazada por la CEC. Pues tampoco su condena cae en la categoría de “crimen o delito contra el honor o la integridad”.

Como Barguti, Saadat es considerado un “héroe” por su organización y por numerosos palestinos. Así pues, las posibilidades de que ambos terroristas triunfen en los comicios son extremadamente elevadas.

También es muy probable que otras candidaturas busquen incorporar a sus listas a terroristas encarcelados por Israel. Un terrorista condenado por asesinar judíos es mucho más popular que alguien que haya un título en la Universidad de Texas en Austin, como el ex primer ministro de la AP Salam Fayad.

En las últimas elecciones parlamentarias, celebradas en 2006, Fayad se presentó como fundador y líder del Partido de la Tercera Vía. Sólo consiguió dos escaños (2,41% del voto popular). ¿Por qué? Fayad no ha pasado un solo día de su vida en una cárcel israelí y jamás ha estado involucrado en actividades terroristas.

Fayad parece impertérrito ante su referido fracaso y ha anunciado que piensa volver a presentarse a las legislativas como cabeza de una lista de personalidades independientes. Significativamente, según el CPEIP sólo un 1% de los votantes se decantaría por su lista.

El mensaje que la plana mayor palestina está enviando a su pueblo es este: para el desempeño de un cargo público, un condenado por corrupción no llega a los talones a quien asesina judíos o planea ataques terroristas. Por su parte, la opinión pública palestina parece comprar el argumento. En consecuencia, no sería de extrañar que en el próximo Parlamento palestino hubiera varios terroristas, empezando por Barguti y Saadat.

Y a todo esto, también planean presentarse a las legislativas miembros de Hamás y de otras organizaciones terroristas.

Hamás y el FPLP son organizaciones consideradas terroristas por EEUU, la UE, Canadá, Japón e Israel. EEUU, la UE, etc. deben condicionar la ayuda financiera a los palestinos a la no elección de terroristas. Y esa condición habría que presentársela antes y no después de los comicios.

No debería ser complicado. Todo lo que tiene que hacer la comunidad internacional es recordar a los palestinos las tres condiciones del Cuarteto para el reconocimiento de un Gobierno palestino (2006): todos los miembros del mismo deben estar comprometidos con la no violencia, reconocer el derecho de Israel a existir y aceptar los acuerdos previamente suscritos por Israel y los palestinos.

Al mirar para otro lado ante los terroristas que planean concurrir a los comicios palestinos, la comunidad internacional está legitimando el terrorismo y segando la hierba bajo los pies de todos los palestinos y demás árabes no afiliados a grupos terroristas, que quizá confiaran en que EEUU les conduciría a una vida mejor y con paz en la región.

© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio

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