Israel sigue librando una guerra contra el terror, el odio y el antisemitismo, que viene a ser lo mismo, en todos los frentes. Además, y por si fuera poco, Israel tiene que luchar contra la malintencionada incultura histórica de la UNESCO.

La guerra empezó el pasado verano. Turbas de árabes palestinos empezaron a atacar a israelíes –conductores u oficiales de policía– en algunos barrios del este de Jerusalem. No hubo provocación alguna. No reaccionaban ante ninguna iniciativa israelí. Simplemente trataban de matar judíos.