La eliminación de Abubaker al Bagdadi es una batalla ganada. Pero ni por asomo es el fin de la guerra eterna. El islamismo sigue ahí, con toda su variada furia. Hace cinco años, Bagdadi fue proclamado (por sus seguidores) califa, es decir, sucesor del profeta Mahoma. Ni siquiera Osama ben Laden fue tan audaz.

“No estoy asustada de confrontar a los terroristas si es necesario” explica la Tte. Ada, comandante en el Batallón Caracal ubicado en la frontera israelí aledaña con el Sinaí.

En los últimos dos días se reveló que un ex soldado de las FDI fue a unirse con el Estado islámico en Siria, y una mujer palestina mayor fue detenida por su presunta participación con el Movimiento Islámico. Tenemos que frenar a los terroristas del ISIS.

El Estado Islámico todavía cuenta con unos 50.000 hombres y controla amplias zonas de Irak y Siria, pero ha perdido el aura de imbatibilidad y ahora ofrece con frecuencia la imagen de combatientes muertos o en plena huida. Este factor, de gran importancia psicológica, podría ser devastador para el EI.

El Estado Islámico (IS o ISIS) ha sacrificado a hordas de musulmanes chiíes, yazidis y cristianos y han aterrorizado Siria y entraron en Irak. Ahora, están asesinando a los musulmanes sunitas, sus propios hermanos en la fe, que se niegan a unirse a sus filas.