En el campo de refugiados de Dheisheh en Belén, decenas de palestinos participaron en una marcha alabando el ataque terrorista. Los medios de comunicación social palestinos también se inundaron con las expresiones de elogio por el mortal atentado.
En la ciudad cisjordana de Tulkarem, se repartieron baklava, galletas, y otros dulces, mientras que en Hebrón, los residentes palestinos lanzaron fuegos artificiales para celebrar el ataque. Esto es una verdadera verguenza que debe ser condenada por toda la comunidad internacional.
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