El viduy no es una confesión verbal mecánica y fría, no son meras palabras. Esta confesión debe ir acompañada de sinceros sentimientos de remordimiento.

Teshubá, la posibilidad (y la obligación) de arrepentirme por lo que hice mal, significa que Dios nos da la oportunidad de corregir y enmendar nuestros errores, y no ser condenados para siempre por los errores que hemos cometido.