Las puertas de Auschwitz. (Lucky Team Studio/Shutterstock) (Lucky Team Studio/Shutterstock)
Auschwitz

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Cuando los nazis llegaron a Hungría se encontraron a una comunidad judía de poco más de 800,000 personas, y es que después de Polonia, Hungría tenía la segunda comunidad más grande de Europa.

Era 1944 y la derrota nazi era inminente, sin embargo, el odio por terminar con el pueblo judío aun continuaba y la infraestructura de Hitler se apresuraba a cometer tantos asesinatos como le fuera posible.

En aquella comunidad húngara se encontraba Gisella Perl, una ginecóloga que, junto con su familia, fue trasladada al campo de concentración de Auschwitz.

Ahí, sus conocimientos sobre medicina la llevaron a conocer de cerca al Dr. Mengele, con quien tuvo que colaborar en los terribles experimentos médicos que este apodado ángel de la muerte practicaba con sus pacientes.

Sin embargo, Gisella siempre luchó por que los prisioneros sufrieran lo menos posible, incluso en ocasiones, se las ingeniaba para desobedecer a Mengele durante los monstruosos procedimientos médicos, con el objetivo de aminorar el dolor de los prisioneros.

La labor de esta ginecóloga judía fue mucho más allá, cuando decidió practicarles abortos a las mujeres que estaban embarazadas en Auschwitz, la mayoría de ellas, habían llegado embarazadas al campo con un vientre todavía poco prominente, pero en cuanto los nazis se dieran cuenta de estos embarazos las mujeres serían enviadas a las cámaras de gas, por lo que Gisella practicó centenares de abortos con el fin de salvarles la vida a todas aquellas mujeres.

Tras una estadía traumática en el campo Gisella logró sobrevivir al Holocausto y decidió emigrar a los Estados Unidos, ahí, en tierra norteamericana intentó recuperar sus credenciales como médico para poder ejercer. Sin embargo, su participación con el Dr. Mengele durante el Holocausto era bastante cuestionable y recuperar su título médico no fue nada sencillo.

Finalmente, en 1951, se le concedió la ciudadanía estadounidense e ingresó al Hospital Monte Sinai en Nueva York para trabajar como ginecóloga, asistió en el parto de alrededor de tres mil bebés. Gisella Perl se especializó en tratamientos de fertilidad, porque crear vida se convirtió en su más importante misión profesional.

Agradecemos a Nadia Cattan y a Enlace Judío de México por la producción de este vídeo.

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