(Yonatan Sindel/Flash90) (Yonatan Sindel/Flash90)

Chaim Yaakov Rosner, un judío haredí de Tel Aviv, posee una habilidad inesperada: la fluidez en árabe. Su camino hacia el dominio del idioma es increíble.

La mayoría de los judíos haredíes, como Chaim, viven en barrios apartados y hablan principalmente yiddish o hebreo. Sin embargo, Chaim sintió una necesidad apremiante de ampliar su repertorio lingüístico para entender mejor a sus homólogos árabes.

Chaim destacó las numerosas similitudes entre los judíos haredíes y los árabes, cuestionando por qué uno debería optar por el odio y la violencia cuando la educación, la empatía y la comprensión pueden salvar las brechas entre estas culturas y comunidades no tan distantes.