Esta semana leímos (en Génesis 32) como Iaacov adquiere un nuevo nombre, “Israel”, después de descansar durante la noche con un ángel que representaba el espíritu de Esav. "Ya no será Iaacov tu nombre”, proclamó el ángel derrotado, “sino Israel, porque has luchado con Di-s y con los hombres, y has vencido”.