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coexistence

La acusación de Israel como Estado que practica el sistema de apartheid contra los palestinos (concepto en el que incluye también a los árabes ciudadanos de Israel) es una flagrante distorsión de la realidad, tanto en lo referente a los palestinos de Cisjordania y Gaza como a los árabes israelíes.

Por: Ana Jerozolimski, Semanario Hebreo Jai

Escribiremos por separado sobre las falacias del informe, con material fundamentado de boca del portavoz de la Cancillería israelí Lior Haiat y de la abogada Anne Herzberg de la organización NGO Monitor.

Pero ahora van algunos ejemplos concretos de la distorsión, tan solo algunos que nos vienen a la mente pensando rápidamente en las barbaridades del informe que demoniza a Israel, ejemplos de los que podemos dar fe en forma personal. Hay muchos más…sin ir más lejos, esta semana fue nombrada una nueva Jueza de Distrito en Israel, Osila Abu Assad, árabe de Nazaret.

Pero aquí nos concentraremos sólo en lo que hemos visto con nuestros  propios ojos, ya que de todos modos es imposible dar todos los ejemplos que hay.

Por eso permítanme pasar a primera persona.

– No ha habido en el último casi año y medio de mi andar por hospitales israelíes por mi propia situación personal –tuve cáncer, del que por suerte me he recuperado- ninguna ocasión en la que no haya visto, mezclados con los pacientes judíos, a numerosos pacientes árabes, entre ellos también palestinos que no son ciudadanos de Israel pero recibieron permiso de entrar para recibir aquí tratamiento médico.

¿Todos? No, no todos reciben, por distintas razones. Pero numerosos sí. Cuando hemos tenido oportunidad de conversar, en una sala de espera, mientras cada uno está con sus pensamientos y esperanzas, los comentarios eran siempre los mismos: nos tratan como se debe, con respeto, empatía, igual que a los demás.

Y ni que hablar de los médicos y enfermeras que trabajan juntos atendiendo a todos por igual.

 

 

– Probablemente hayan leído alguna nota mía sobre Salvar el Corazón de un Niño, un programa humanitario israelí que recibe a niños con problemas cardíacos, que precisan operaciones o cateterismos y los trata sin costo ninguno.  Funciona desde hace 25 años. Pues hasta fines del 2021, aproximadamente la mitad de los 6.000 niños atendidos y salvados habían sido palestinos tanto de Cisjordania como de Gaza. Conozco el plan de cerca, he hecho numerosas notas sobre sus distintas aristas y variados casos. Emocionante.

Mazen, de Gaza, con su mamá, el niño número 6.000 atendido en el programa

 

–  Uno de los médicos que me recibió en Hadassah cuando llegué al pre-operatorio antes  de la intervención en la que me sacarían un nódulo de un pulmón, fue el Dr. Muhammad Mahajne, que se está especializando en cirugía de tórax. Fue original el encuentro, barbijo de por medio, ya que yo lo había entrevistado antes como médico del equipo de fútbol Hapoel Umm el-Fahem, su ciudad, una entrevista que recalcaba su sentimiento de inclusión, de satisfacción por ser ciudadano israelí.

Un tiempo después me mandó una foto en la que aparecía con un rabino del barrio ultraortodoxo Mea Shearim de Jerusalem, al que conoció en el marco de una visita médica a domicilio. “Me imaginé que te gustaría ver una foto de un árabe de Umm el-Fahem con un rabino de Mea Shearim”, me escribió. “Me conoces bien”, le respondí.

 

– Hace pocos meses entrevisté a la Dra. Marian Hatib, directora del Centro de Cáncer de Mama del Hospitai Ichilov de Tel Aviv, árabe musulmana, la única cirujana de Israel que opera tanto la parte del tumor como la plástica de reconstrucción, lo cual se conoce como “onco plástica”. Me he demorado con la publicación de la entrevista, que espero hacer a la brevedad. La Dra. Hatib me comentó que le había sorprendido cuando el hospital, al publicar sobre su nombramiento,  había escrito que es árabe musulmana. ¿Por qué le sorprendió? Porque para ella, su identidad nunca había sido un tema. Claro que no le molesta en absoluto la misma, pero simplemente nos explicaba que fue avanzando por sus logros y el reconocimiento de los mismos.

–   Ahora que ya andamos por la quinta ola de Coronavirus, concretamente la del Omicron, me acuerdo de los temores y especulaciones de todas las anteriores. Hace meses, hice una nota especial, al cubrir la vacunación de palestinos que trabajan en Israel. Claro que los vacunaban también para que los israelíes con los que están en contacto estén protegidos. Pero no se puede subestimar el hecho que eso los ayudaba también a ellos. Llegaban con su permiso de trabajo en Israel –lo que para ellos es una bendición- los recibían los voluntarios de Magen David Adom (la Estrella de David Roja), los vacunaban y todos salían satisfechos. Recuerdo una entrevista con uno de ellos, que analizaba a fondo lo que esa vacunación significaba en términos de la actitud de Israel. Sólo elogios tenía.

Hace pocos meses, entrevisté a la Mayor Ella Waweya, árabe musulmana israelí, sub Jefa de la división en árabe del Portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel. Apasionante su pasión por lo que hace, valga la redundancia, su convicción de que al haberse enrolado apoya a su propia sociedad árabe y al país en general. Dado que la entrevista fue muy extensa, me ha quedado en el tintero la última parte , que por cierto no ha perdido ninguna relevancia. Tendré que apurarme. ¿Lo leerán en Amnistía? Lo dudo.

–  Antes de fin del 2021 fui a Nof Hagalil a cubrir un evento especial organizado por las Fuerzas de Defensa de Israel y el Ministerio de Defensa en honor a  los soldados cristianos. Surrealista. Gran cantidad de soldados vistiendo distintos uniformes de  Tzahal, soldados comunes y oficiales, cristianos (algunos de ellos presentándose como árabes cristianos y otros sin hablar de su condición de árabes) acompañados en la ocasión por judíos, drusos, algunos beduinos y circasianos. Mosaico israelí.

Antes de empezar el evento, tuve una hora especial de entrevista con un querido amigo, el primer Teniente Coronel cristiano en Tzahal, Ihab Shlayan, gran patriota, convencido de la importancia de un Israel fuerte y del orgullo que siente al poder aportar a su defensa.

Y tanto, tanto más…

Dejo varios ejemplos para la próxima.

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